Tu marca nació con un derroche de ilusión que no te cabía en el cuerpo pero con el paso del tiempo has empezado a ver que esas mariposas en el estómago se apagan.
La montaña rusa no para y lo mismo empiezas el día con una energía desbordante para comerte el mundo, que te caes en un charco de lágrimas.
Hay algo que se ha desencajado en tu negocio. A lo mejor tu marca ya empezaba a elevarse y de repente se ha quedado estancada o puede que nunca haya terminado de despegar.
Tienes claro que algo no está bien pero te da una pereza del 15 ponerte a analizar.
¿Has pensado en tu marca? Te has desconectado.
Tienes dos opciones: reconectar o desenchufarte. Tú eliges.
Deja de rumiar lo que está fallando. Deja de idear sin hacer por miedo a intentar. Porque estás entre los que crees que deberías hacer y no haces y lo que no tienes ni idea de cómo abordar. Pero el caso es que no haces nada.
Si quieres ganar dinero bien mientras haces lo que te gusta, mira en tu marca. Una marca personal potente lo mueve todo.
Puedes pensar que no es fácil mantenerte fiel a tus principios y argumentos propios. Que hay mucha gente que trata de llevarte a su terreno y por el camino te dejas llevar por la inercia con promesas de mejorar la situación profesional que se te escapa.
O bien puedes espabilar. Si has roto con lo que originalmente eres y quieres estás sin origen ni destino pero estás a tiempo de enchufarte de nuevo a ti.
Que lo único que te va a devolver a tu salsa para disfrutar es ser tú con toda tu esencia.
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