arantxa isidoro

Una brander* que siempre está escribiendo

Vender sin sufrir

Nunca me ha gustado vender. Venderme a mí misma por supuesto que no, pero tampoco objetos o servicios. Una incomodidad, peeeero, si tienes un negocio o vendes o fin.

Puedo argumentar cuando estoy en confianza, cuando realmente conozco lo que estoy diciendo, cuando lo he probado, cuando lo he tenido, cuando lo he experimentado, cuando sé de lo que hablo. Y lo que mejor me sale es recomendar. A un amigo, a mi hermana, a alguien que me pide una marca y yo la he probado con gustazo con el resultado. Así sí.

Diferencio entre una venta “a puerta fría” donde la persona que oye tu discurso no está en disposición de atenderte y el 90% de tu esfuerzo se va en su mirada scanner de lo que llevas puesto, de cómo hablas y de recordar su lista de la compra mientras tú hablas.

Y por otro lado una ventana abierta donde aparece la confianza que hace su trabajo por ti.

No hay color entre una situación y otra.

Si tienes negocio vender es prioritario. Así que no puedes elegir el no, pero sí puedes decidir la forma.

La puerta fría es muy fría y muy dura. Nada recomendable.

Calentar a la audiencia con confianza tiene un resultado mucho mejor. Háblales de cerca, cuéntales quién eres (sin ser brasas), diles qué puedes hacer por ellos y empieza el camino de la conquista. Roma no se construyó en un día. Por algo hay que empezar. Y el email marketing es una manera de allanar camino.

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