arantxa isidoro

Una brander* que siempre está escribiendo

Storytelling para todos los públicos

Storytelling para todos

¿Nunca has contado una historia propia? ¿Algo que te haya sucedido y consideraras importante o atractivo para compartirlo? Para contar una historia no hace falta ser escritor o guionista de cine, simplemente hay que estar vivo.

Storytelling es un término como muy de moda, pero la capacidad de contar historias es en realidad más vieja que el hilo negro.

Paradoja. Estamos en la era de la hiperexposición y podemos estar en conexión mundial con quien nos interesa. Sin embargo, a la vez que nos llega información de cualquier rincón del planeta tenemos la extraordinaria necesidad de agarrarnos a algo cercano que habla de nuestro propio vecino.

Lo mismo que soñamos con vivir experiencias imposibles necesitamos sentirnos seguros de quiénes somos y dónde estamos. Y esos sueños y realidades se construyen a través de historias reales.

Todo quien idea una marca debería pararse a contar la historia de cómo nació. Es lo mínimo que espera quien se interesa por ti. Conocer qué estabas pensando, qué te movió y qué tuvo que pasar para que llegaras hasta aquí.

Fliparán sabiendo que saliste de la nada, valorarán que no tengas estudios, llorarán con las anécdotas de tu padre referente y les conmoverá que dejaras a tus hijos al cargo de tu madre para irte a tu taller.

El storytelling es una herramienta super potente que te ayuda a argumentar una idea, aumentar el entusiasmo por tu marca, contar un servicio y vender.

Todos tenemos la capacidad de contar historias. No hace falta que lo que narres sea para un guión de película, no tiene que ser una aventura trepidante. Tu historia más real, contada de una forma amena, cercana y fácil puede resultar mucho más atractiva que cualquier biografía conocida.

Las historias unen. Crean puentes entre las personas que las comparten. El éxito de la tuya llega cuando consigues que trascienda, cuando quien te ha escuchado quiere compartir lo que le ha quedado de ti. En el momento en que tu audiencia tenga la necesidad de ser emisor de lo que ha recibido, tu historia estará cumpliendo su misión.

Una historia puede presentarte a una persona, explicarte las razones por las que alguien hace lo que hace o dibujar el escenario donde alguien quiere vivir su vida. Una historia puede permitirte soñar o ponerte los pies en la tierra. Puede evadirte durante unos minutos o plantarte en la más cruda realidad durante un rato.

Lo bonito de las historias es que no te dejen impasivo y que pongan un poso o impriman una huella que te haga recordar a la persona que hay detrás. En esta dirección es en la que funciona para tu marca. El storytelling es un buen amigo de la venta más emocional.

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