arantxa isidoro

Una brander* que siempre está escribiendo

Pon de tu parte

Cada día tomamos un montón de decisiones, pequeñas y grandes, importantes o triviales. Hay elecciones más sencillas y otras más complejas. Hay personas más decididas y otras a las que se les va la vida.

Un cliente no quiere estar agonizando entre miles de propuestas así que facilitarle la elección es una buena opción.

¿Cómo ayudar a tu cliente potencial a decir que sí?

Confianza.

Puede ser lento o puede sorprender con un flechazo, pero construir una marca potente pasa por el túnel de la confianza sí o sí. El sello seguro de que todo está bien.

Si hay confianza solo tienes que ocuparte de vender lo que vendes pero no tu negocio ni tu vida entera.

Cosas que puedes hacer para llamar a la confianza:

Impresionar con gusto

No quiero ser repetitiva pero es lo que hay, la primera impresión es la que queda. Así que trata de no liarla en el primer contacto. Que lo primerísimo que sepan de ti sea bueno. Buen feeling, buenas sensaciones.

Escuchar para captar

Te puedes esmerar en adornar lo que crees que será mejor para tu cliente, pero es fácil que la pifies. Habla o, mejor, escucha lo que te dicen. Atiende comentarios y dale una vuelta a lo que oyes porque probablemente de todo lo que te diga esa persona, podrás filtrar cómo sorprenderle.

Ser consistente

Ya, no quieres ser pesado y tu mensaje empieza a cansarte porque te parece que te repites un montón. Pero la gente no escucha, va a su bola y cuando tú lo has dicho 20 veces para ellos es la primera. Aunque al final su subconsciente te da la razón. Se encuentra con algo que le suena y la seguridad le ayuda a elegirte a ti.

Cuidar el detalle

A todo el mundo le gusta que se acuerden de él, sentirse importante. Así que, sin tirar la casa por la ventana, fíjate en pequeñas cosas para ponerlas al servicio del cliente. Aunque sea algo tan sencillo como que le llames por su nombre.

Elevar tu charm

Encanto, atracción. Siempre hay algo que seduce en una marca bien trabajada. Es como la persona que te atrae y no quieres dejar escapar. Resultar agradable, tú sabes bien.

Alcanzada la confianza llega el momento de la verdad. 

No te relajes. Justo en el momento en que la persona confía en tu marca empieza la fiesta. Ahí es cuando toca estar a la altura de lo que el cliente necesita y, sobre todo, de lo que le has prometido.

Un cliente contento es tu mejor vendedor, vale más que tus propias palabras. Así que dale algo que sea aún mejor de lo que esperaba. El cliente satisfecho es más poderoso que el mejor comercial del mundo.

La conquista tiene su historia, pero no es imposible, ya lo ves.

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